En realidad, todo es una proyección.
Cuando uno es capaz de verse a sí mismo como una única persona completa, que no carece de nada materialmente, y que posee todo lo necesario internamente para ser feliz, es cuando uno es capaz de ver a las personas tal y como son, a través de sus ojos, y no a través de los nuestros. Si yo considero que una persona tiene unas virtudes y defectos, considero que puedo tener la capacidad para poder ver a través de mis ojos las características de esa persona. Suele ser fácil ver los defectos y virtudes de los demás, vemos, juzgamos y etiquetamos, así de fácil. Con uno mismo es exactamente igual, pero no nos damos cuenta y vamos creando una imagen de nosotros mismos a través de unos ojos, que precisamente son los ojos de nuestro ego, no de nuestro yo real, sin filtro. Creamos una imagen no del todo cierta. Si soy capaz de ver a la otra persona sin ponerme de por medio, sin emitir mis juicios, valores, gustos, opiniones, soy capaz de soltarme y mantenerme en la apertura, en la fluidez, soy